31 DE MAYO DE 2010.
Sergio Muñoz – Presidente OCE-Unicesar, Miembro de la Dirección Nacional del Polo Joven.
La Universidad Popular del Cesar (UPC) es la única universidad pública del orden nacional cuyo nacimiento se gestó en la región, sin embargo ha sido relegada al rincón del olvido, tanto por la aplicación de las políticas nacionales de desfinanciación y desmedro de la calidad académica, investigativa y científica, como por la ineficiencia y desidia de sus administradores, la gran mayoría plegados a la política educativa oficial.
En el año 2000 la UPC contaba con 19 programas de pregrado (incluyendo las técnicas, tecnologías y los programas de extensión), en ese entonces contaba, a su vez, con cinco facultades y 5836 estudiantes matriculados en pregrado.
Sus empleados de planta sumaban 118, y el cuerpo docente un total de 425, de los cuales 103 eran de carrera. Según sus grados de formación el cuerpo docente se discriminaba de la siguiente manera: Licenciados: 53 (12.47%); Profesionales: 264 (62.11%); Especialistas: 86 (20.23%); Magíster: 20 (4.70%); Doctores: 2 (0.47%)
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El costo de la matrícula era $343,375 para los estudiantes nuevos y $334,539 para los estudiantes antiguos, diferencia que se sustenta con el pago del valor del carnet por los estudiantes nuevos.
Ahora, en el año 2010 las cifras son las siguientes:
28 programas de pregrado se ven en la actualidad, aumento asentado en la creación de programas como “Tecnología Agropecuaria”, “Técnico Profesional En Electromecánica”, “Técnico Profesional En Informática”, etc. Es decir, la desprofesionalización de la Institución, puesta a tono con la “educación para el trabajo”, pero para el trabajo más mediocre, estándares a los cuales se nos arrojará como producto de los diversos TLC firmados por este gobierno.
Agrupados en 6 facultades se encuentra el total de 13211 estudiantes matriculados en pregrado, un aumento del 126%, cifra considerable apoyada en los eficientistas criterios de cobertura de la política de “Revolución Educativa”, los cuales redundan en la autofinanciación de las universidades, recursos que en mayor medida provienen del pago del valor de la matrícula, la cual 10 años después es de $688,962 para los estudiantes nuevos, y $681,268 para los estudiantes antiguos. ¡Un incremento superior al 100%!
Los empleados de planta llegan a un total de 224 y el cuerpo docente suma 704 en la actualidad. Su discriminación es la siguiente: Profesionales: 319 (45.31%); Especialistas: 299 (42.47%); Magíster: 73 (10.36%); Doctores: 13 (1.84%). Es conveniente resaltar que en este año tan sólo quedan 98 profesores de carrera docente.
Finalmente, para la vigencia 2010, el Estado destinó para la UPC la exigua suma de $20,059 millones de pesos, menos del 49% del presupuesto total de la Institución.
Frente a la crisis actual de nuestra Alma Mater, la cual sin duda se agravará con el nefasto proyecto de reforma a la Ley 30 de 1992, es necesario que los diferentes sectores de la Universidad nos unamos e integremos una plataforma común, soportada sobre los ejes de defensa de su carácter público; aumento de su nivel científico, investigativo y de su calidad académica; plena democracia que garantice el debate franco y civilizado y la libre expresión de las ideas; ligazón de la Universidad con la realidad regional y nacional, etc.
Para dar cumplimiento a lo anterior es indispensable crear los Consejos Estudiantiles por programa, por semestre y por facultad, verdadera herramienta democrática de este estamento.
La OCE-Unicesar defenderá estos ejes, mantendrá sólidos sus principios, se solidarizará con las gestas democráticas de los más disímiles sectores de la nación, coadyuvará en la construcción de los Consejos Estudiantiles y seguirá siendo el firme puntal sobre el cual se erigirá una nueva UPC, la UPC que clama la región y el país.