5
de agosto de 2014.
Sergio
Andrés Muñoz.
Miembro de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, y del Polo
Democrático Alternativo. Ex-representante estudiantil Consejo de Facultad de
Derecho, Ciencias Políticas y Sociales UPC.
Twitter: @sergioandresmn
Desde
el 8 de julio la Franja de Gaza es sometida a un nuevo ataque indiscriminado
por parte del Estado Sionista de Israel. Dicha Franja (que mide 40 kms de largo
por 10 km de ancho) ha sido completamente destruida, con la única finalidad de
exterminar al pueblo palestino. Según cifras de la ONU y del Ministerio de
Sanidad de Gaza, al día de hoy van 1867 asesinados por la máquina de guerra de
Israel, de ellos 429 son niños, 243 son mujeres y 70 son ancianos. Cerca del 85%
son civiles. Hay 9300 heridos, de los cuales 2805 son niños y 3009 son mujeres.
Hay 485 mil palestinos desplazados en refugios de la ONU, familiares y otras
entidades. Más de 16 mil viviendas han sido destruidas o severamente dañadas;
Siete refugios de la ONU han sido atacados y varios funcionarios de éste
organismo han sido asesinados. La UNRWA calcula
que 95 de sus instalaciones en Gaza han sufrido daños desde el 8 de
julio en 135 ataques, al menos 10 de ellos directos[1].
El 90% de la Franja de Gaza se encuentra sin luz ni agua potable. Cinco
hospitales se encuentran fuera de servicio y 24 clínicas han sido dañadas. 17
hospitales y 36 ambulancias han sufrido ataques a manos del ejército de Israel.
Aproximadamente 11 reporteros y 19 trabajadores médicos han caído asesinados
por Israel en Gaza. 141 escuelas han sido perjudicadas por los ataques y más de
10 mil toneladas de explosivos han sido lanzados sobre Gaza Por el lado de
Israel 64 soldados han muerto y tres civiles. La agencia AFP informa que “según el FMI[2],
la tasa de desempleo sobrepasa el 40% en la Franja de Gaza, territorio sometido
desde 2006 a un bloqueo israelí. En 2000, el desempleo afectaba al 20% y a un
30% en 2011. Más del 70% de la población depende de la ayuda humanitaria en
tiempos normales”.[3]
Los
orígenes de esta nueva agresión son excusados con el asesinato de tres jóvenes
colonos israelíes, cerca de Hebrón, un territorio palestino ocupado por Israel
que se encuentra en Cisjordania, a 60 km de Gaza. Sin ninguna prueba,
Netayanhu, Primer Ministro de Israel, acusó a Hamas de este hecho, aunque
después las autoridades israelíes tuvieron que rectificar dicha información al
no encontrar evidencia[4]. A todas luces es ilógico
que se inicie una venganza contra un territorio por un hecho ocurrido en otro,
pero el fondo del asunto es debilitar y acabar el acuerdo de unidad entre Fatah
y Hamas con el fin de continuar impunemente la ocupación, bajo una fachada de
negociaciones, estériles, auspiciadas por Estados Unidos.
Esto
no es una guerra, sino un genocidio. Palestina no tiene fuerzas militares; Gaza
es la prisión a cielo abierto más grande del mundo. A sus habitantes no se les
permite salir, ni pescar ni hacer uso de su mar, ni sembrar. Eduardo Galeano,
premio Nobel de Paz lo ha dicho: “El
ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No
mata por error. Mata por horror”.[5]
La ocupación del territorio palestino por
Israel desde hace más de 60 años; la confiscación de tierra; la construcción de
asentamientos por parte de los colonos israelíes (que además funcionan como una
fuerza paramilitar) son el origen de este conflicto, en el cual Israel cuenta
con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos[6] (Estados Unidos le entrega
más de $3 mil millones de dólares anuales en ayuda militar, cerca de 11
millones de dólares por día[7]); Colombia (el único Estado
de Suramérica que no reconoce al Estado de Palestina, y además ha negociado un
TLC con Israel); la Unión Europea, entre otros. Sin embargo, Palestina cuenta
con la solidaridad de los pueblos, intelectuales, periodistas, académicos,
políticos y varios premios Nobel, que respaldan las exigencias del pueblo
palestino.
“Nos
están matando a todos de todos modos –ya sea de una muerte lenta, por el
bloqueo, o de una muerte rápida por los ataque militares. No tenemos nada más
que perder- debemos luchar por nuestros derechos, o morir intentándolo”, dice Um
Al Ramlawi, palestino residente en Gaza. El pueblo palestino tiene el derecho
legítimo y legal de resistir al ocupante, de acuerdo a los Convenios de
Ginebra. Palestina no quiere un cese al fuego, exigen que finalice el bloqueo,
la ocupación, el régimen de apartheid y el genocidio. Ese es el deseo del
pueblo Palestino.
Y juro:
Que he de hacer un pañuelo de pestañas,
Donde grabar poemas a tus ojos, y escribir una frase
Más dulce que la miel y que los besos:
“¡Que Palestina era… Y sigue siendo!”
Mahmud
Darwish.
NOTA: Agradezco los datos y análisis del
profesor Victor De Currea, del doctor Bassel Abuwarda (médico en Gaza), de Manu
Pineda (activista español en Gaza), Raquel Martí (directora ejecutiva de UNRWA
España) David Sheen, periodista israelí, entre otros periodistas en el terreno.
[1]
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas que atiende a más de 5 millones de
refugiados de Palestina, la tercera parte de los refugiados del mundo.
[2]
Los datos completos del FMI sobre Palestina pueden verse en http://www.imf.org/external/country/WBG/RR/2014/063014.pdf
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